Si por algo se recuerda la pasada edición de los Óscar es por el puñetazo que Will Smith propinó a Chris Rock. Aunque el protagonista de El príncipe de Bel-Air no podrá volver a asistir a la gala en los próximos diez años, en cierta manera, ha estado presente, ya que el presentador Jimmy Kimmel ha hecho un guiño a la bofetada en un jocoso discurso de bienvenida.
"Queremos que se diviertan, se sientan seguros y lo que es más importante queremos que yo me sienta seguro. Si alguien comete un acto de agresión durante el show te darán el Óscar a mejor actor y se te dará permiso para dar un discurso de 19 minutos. Si pasa lo que pasó el año pasado o si hay un incidente violento, haces lo mismo del año pasado, nada. Siéntate y no hagas nada", bromeaba el humorista sacando una sonrisa a todos los allí presentes.
También se despejó la incógnita de quién iba a sustituir a Will, puesto que, como marca la tradición, él hubiese sido el encargado de entregar la estatuilla a la mejor actriz. Finalmente, han sido Halle Berry y Jessica Chastain las que hicieron los honores, pronunciando el nombre de Michelle Yeoh.